El Valor de tener “Amigos”

Amistad (Del lat. *amicitas, -atis, por amicitia, amistad).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
F. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.f. ant. Pacto amistoso entre dos o más personas.f. ant. Deseo o gana de algo.f. pl. Personas con las que se tiene amistad.
La amistad (del latín amicus; amigo, que posiblemente se derivó de amore; amar. Se dice también que amigo proviene del griego a; sin y ego; yo, entonces amigo significaría "sin mi yo", con lo cual se considera a un amigo como al otro yo) es una relación afectiva entre dos personas.(Wikipedia - enciclopedia).
¿Qué sería del mundo si no existieran los amigos?

Realmente es hermoso saber que hay alguien que piensa en nosotros, y que al hacerlo, sonríe. Ese alguien nos conoce demasiado bien. Es aquella persona que conoce hasta nuestros más íntimos pensamientos, a quien le contamos nuestros secretos, nuestras alegrías y tristezas.
Ese amigo, a quien acudimos cuando necesitamos un abrazo, un consejo, o, simplemente, que nos escuche sin emitir ninguna palabra ni criterio. Que muchas veces sabe que actuamos mal y nos acepta como somos. Cuando nos critica, lo hace con amor, con el afán de que mejoremos y no con el deseo de que nos sintamos mal, ni culpables.
Existen amigos más cercanos que un hermano. ¡Gracias a Dios que existen los amigos!, con ellos podemos reír, llorar, compartir, hablar, jugar, y lo más importante, ser nosotros mismos. No necesitamos caretas ni máscaras, para ser aceptados, con los amigos somos transparentes, somos como somos, nos quieren, nos acompañan día a día, nos apoyan, nos aconsejan y nos comprenden; también deben aplicar un alto grado de tolerancia para que la relación perdure por siempre.
No importa donde estemos, ni con quien estemos, los amigos siempre se acuerdan y piensan en nosotros. Son aquellas personas que nos hacen ver cuando estamos en un error, no obstante, respetan nuestras decisiones; no esperan que hagamos lo que ellos desean sino que nos permiten ser.Los amigos son pacientes, leales e incondicionales. En muchas ocasiones, un verdadero amigo sabe más de nosotros que nuestros propios padres o nuestra pareja; es ese ser para quien somos como un libro abierto, el puede leer cada página de nuestra vida.
Debemos ser agradecidos por permitirnos tener amigos, debemos cuidarlos, respetarlos, darles amor, confiar en ellos, siempre ser sinceros.
Entre amigos no aplica el dicho “siempre está el que da y el que recibe”. Entre amigos ambos reciben y dan en la misma medida, hay reciprocidad en el actuar.
Si deseamos conservar una amistad por siempre, nunca, nunca nos aprovechemos de ellos en ningún sentido; que no exista ningún interés insano a cambio de esa amistad, no utilicemos a nuestros amigos para beneficio propio.
Los invito a llamar o a escribirle a esos amigos, a quiénes - por no tener tiempo, o por el trajín diario - no hemos tenido la oportunidad de comunicarnos con ellos y darles las gracias por estar ahí y por saber que cuando les necesitemos, siempre van a estar dispuestos a atender nuestro llamado.
“Un amigo es uno que lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere”. Elbert Hubbard - Ensayista estadounidense (1856-1915)
“La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”. Aristóteles - Filósofo Griego (384 AC-322 AC) .

“¡Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos!.(Biblia Cristiana - Juan 15:13)

Disfrute el día.

Practicando la Justicia

Justicia (Del lat. iustitia).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).

1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.
2. f . Derecho, razón, equidad.
3. f . Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene.
4. f . Aquello que debe hacerse según derecho o razón. Pido justicia.
7. f . Rel. Atributo de Dios por el cual ordena todas las cosas en número, peso o medida. Ordinariamente se entiende por la divina disposición con que castiga o premia, según merece cada uno.


Decía el Filósofo Griego Aristóteles (384-322 adC): "Dar a cada uno lo que se merece o le pertenece".

¿Cumplimos con el precepto anterior?;¿Somos justos?; ¿Es la vida justa con nosotros?
Personalmente pienso que sí, la vida es justa con cada uno de nosotros. Somos sembradores de acciones y obras; y siempre, siempre recogemos el fruto de lo sembrado.
Ahora, lo que no puedo asegurar es que siempre les demos a los demás lo que se merecen o les pertenece.Muchas veces, la envidia o la soberbia, no nos permite reconocer los logros de las demás personas. Incluso en ocasiones llegamos a sabotear lo que otros hacen con tal de que no reciban su merecida recompensa.
Para ser justos, debemos de apegarnos fielmente a nuestros valores; y no permitir que nada, ni nadie nos aleje de la justicia.
En las empresas, practicar la justicia significa pagar salarios de acuerdo a las funciones realizadas por los empleados; pagar horas extras cuando se trabaje más del tiempo establecido; mantener condiciones apropiadas para el desempeño de las labores, etc.
Por parte de los empleados, la justicia se demuestra cuando se trabaja el tiempo por el cual se les paga, cuando se llega y se sale a la hora estipulada, según el horario de trabajo. Cuando se trata a todos por igual, tanto a compañeros como a clientes.
Si nuestros hijos, nuestra pareja o algún amigo, compañero o conocido, incluso hasta algún desconocido, realiza un acto digno de ser reconocido, no dudemos en hacérselo saber; seamos los primeros en aplaudir ante las obras que merezcan ser aplaudidas, y también seamos los primeros en manifestarnos cuando estemos ante cualquier tipo de injusticia. No nos quedemos callados, no hagamos lo que hacen muchas personas, al pensar o al decir "no es asunto mío", o "no me incumbe".
Practiquemos la justicia. De esta manera, podremos vivir tranquilos. El mayor juez que tenemos se llama “conciencia” y es la que nos dice - día a día - cual ha sido nuestro compor-tamiento. Aunque muchas veces deseamos callarla, o nos hacemos como que no la tuviéramos, ella está ahí. Vive dentro de nosotros.
La conciencia nace cuando en nuestra niñez, nuestros padres nos siembran en el corazón las semillas de frutos llamados “valores”. Esas semillas son como campanitas, las cuales siempre suenan cuando esta-mos ante alguna injusticia. Y entre menos queramos escu-charlas, más fuerte sonarán.
Recordemos: "Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios".
"La justicia del perfecto enderezará su camino, mas el impío por su impiedad caerá" (Proverbios 11:5).

Disfrute el día.
Licda. Adriana Mora Hamblin
Grupo Daión S.A.

Generosidad a manos llenas

Generosidad. (Del lat. generositas, -atis).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. f. Inclinación del ánimo a anteponer el decoro a la utilidad y al interés.
2. f . Largueza, liberalidad.
3. f . p. us. Valor y esfuerzo en las empresas arduas.
4. f . p. us. Nobleza heredada de los mayores.

¿Es usted Generoso?, ¿Cuándo da, lo hace sin pensar en recibir nada a cambio? O, ¿Cuándo da un presente, le dice a la persona cuanto le costó?

La generosidad viene desde lo más profundo de nuestro ser, es un reflejo de nuestro corazón. La persona generosa tiene una vida llena de abundancia. En su vida siempre hay alegría, gozo y felicidad, porque la mayor satisfacción se encuentra en el dar.

Qué triste es saber, que existen personas que creen que su felicidad se rige de acuerdo a la cantidad de dinero que tienen en el banco. No se dan cuenta, o no desean darse cuenta, de que el dinero solo es un medio para obtener las cosas que nos permiten vivir una vida con comodidad. Pero éste no compra las cosas realmente importantes, como lo son la felicidad, la salud, la amistad, el amor, el respeto, etc. Las cosas realmente importantes en la vida se ganan con nuestra actitud, con nuestras obras y muchas de ellas con nuestra generosidad.

Recuerde el dicho: "¿Nadie es tan pobre para no darla, ni tan rico para no recibirla"? (La sonrisa).

¿Alguna vez se ha preguntado cuál es el verdadero valor de una sonrisa?.
Lo invito a que cuando salga de casa, ya sea que se dirija hacia su trabajo, al supermercado, al cine, o simplemente a caminar, le sonría a la primera persona que vea, podrá observar como esa persona le devuelve la sonrisa inmediatamente. Ese es un gesto de agradecimiento por su generosidad de regalarle un instante de su tiempo y porque usted le demostró que es tan impor-tante que merece una sonrisa.

Alejémonos de la avaricia, ésta corroe, nos hace egoístas, desconfiados, crueles, nos roba la paz y hasta la salud.

No me refiero solo a la avaricia relacionada con el dinero, me refiero a la avaricia que viene del corazón, esa avaricia que no nos permite ser felices ni dar felicidad.

Esa avaricia que nos hace pensar que si damos afecto, cariño y amor, a nuestros familiares, amigos, compa-ñeros o conocidos, pueda ser que ellos deseen sacar provecho de nosotros.

Eso no es cierto, cuando no practicamos la generosidad no solamente dejamos de compartir con los demás, sino que nos privamos del agradable sabor que nos proporciona el dar y, sin querer, dejamos de recibir los frutos del agradecimiento; frutos que nos permitirían vivir una vida mejor y más feliz.

Seamos generosos, compar-tamos lo que tenemos, ya sea dinero, consejos, conoci-miento, paz, alegría, atención, tiempo, buenas obras, etc.

Las personas generosas nunca están solas, siempre hay gente a su alrededor, la cual está agradecida por la generosidad recibida y porque, el estar cerca de ellos, le transmite una agradable sensación de bienestar y regocijo.

"Manos que dan nunca estarán vacías".

"No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros" (Filipenses 2:4)

Disfrute el Día.

Licda. Adriana Mora Hamblin
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Ante todo, “Humildad”.

Humildad (Del lat. humilitas, -âtis).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. f. Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de
acuerdo con este conocimiento.
2. f . Bajeza de nacimiento o de otra cualquier especie.
3. f . Sumisión, rendimiento.

¿Ha escuchado la frase "Dale poder a un hombre y lo conocerás"?
Una persona humilde es conciente de sus limitaciones y debilidades; también sabe reconocer sus virtudes y fortalezas, las cuales utiliza con el fin de ser un mejor ser humano y las pone al servicio de la humanidad.

Existen personas que creen que porque poseen un alto puesto, son profesionales o tienen mucho dinero, son superiores a los demás, tienen derecho a maltratar a sus subalternos o humillar a los que consideran no son iguales a ellos, desde el punto de vista económico, social o educacional. Son personas que se alejan de la humildad y permiten que aflore la soberbia.

Si en este momento le preguntaran ¿Quién es Usted?, ¿Cuál sería su respuesta?. La mayoría de las personas suelen contestar de acuerdo a su profesión o desempeño, por ejemplo: "Soy abogado, ingeniero, doctor, administrador de empresas, ama de casa, carpintero, etc."; pero no se dan cuenta que esa no es la verdadera respuesta de lo que somos.

Si nos despojamos de la ropa, nos olvidamos de los títulos y nos miramos ante un espejo, ¿a quién vemos?; ¿Nos gusta la imagen que reflejamos?; ¿Qué opinan los demás de nosotros?; ¿Nos consideran agradables?

Somos seres humanos con defectos y virtudes, que venimos a esta vida con el fin de ser mejores cada día, de poder servir a los demás independientemente de quienes sean, sin importarnos su condición social o económica.

Recuerdo una vez que fuimos mi socio y yo a una cita en un Banco Estatal que nos convocaba para unas capacitaciones de alta gerencia, a las nueve de la mañana. Eran las diez y aún no nos atendían; luego de transcurrida más de una hora, se nos informó que no nos podían recibir, ya que las personas con las cuales nos íbamos a reunir, se encontraban muy ocupadas realizando un trabajo urgente.

No puedo negar que me sentí un tanto molesta y pensé que era una gran falta de consideración; nos pudieron haber llamado y cancelar la cita. ¿Es posible que esas personas no se dieran cuenta que es tan importante su tiempo como el nuestro?.

Realmente nos sentimos maltratados. Todas las personas merecen respeto y consideración. No debemos escudarnos tras nuestros puestos de trabajo, con el fin de ignorar, maltratar y humillar a los demás.

Debemos recordar que la vida se semeja a una "Rueda de Chicago", hoy estamos arriba y mañana estaremos abajo.

Una persona humilde, admite sus errores, sabe disculparse y pedir perdón, está anuente a aprender de los demás. La vida es un constante aprendizaje, no somos los dueños de la verdad, ni lo sabemos todo.

El mayor ejemplo de humildad lo encontramos en la Santa Biblia, Jesucristo, siendo el hijo de Dios, le lavó los pies a los apóstoles. ¿Quiénes somos nosotros? "Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo" (Mateo 20:26-27).

Disfrute el día.

Licda. Adriana Mora Hamblin
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Una Vida de Fortalezas

Fortaleza (Del prov. “Fortalessa”).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. f. Fuerza y vigor.
2. f . En la doctrina cristiana, virtud cardinal que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad.
3. f . Defensa natural que tiene un lugar o puesto por su misma situación.

¿Cómo reaccionamos cuando las cosas no nos salen como lo deseamos?; ¿Nos mantenemos perseverantes o dejamos todo tirado?

Es muy importante que, cuando establezcamos metas u objetivos en nuestra vida, tengamos la fortaleza para luchar por ellos y no comportarnos con debilidad.

Recordemos que en la debilidad reflejamos nuestra falta de fe en nosotros mismos, al creer que no podemos lograr lo que nos hemos propuesto.

La fortaleza se va adquiriendo de nuestras propias vivencias, de las experiencias; esas experiencias que en su momento nos parecieron amargas, injustas, tristes y que hoy, al mirar atrás, sólo nos permiten esbozar una sonrisa y agradecer por haberlas vivido.

Cada situación que se nos presenta en el diario vivir nos va haciendo más fuertes, siempre y cuando nos mantengamos firmes y leales a nuestros principios y valores; no permitiendo que las falsas oportunidades nos alejen de nuestros objetivos.

El hecho de perder un trabajo; de la muerte de un ser querido; de un divorcio; de padecer una enfermedad; nos hace tambalearnos y hasta sentirnos débiles y cansados; pero, muchas veces, después de pasar estas amargas experiencias, nos damos cuenta que en lugar de debilitarnos nos hemos fortalecido.

Ese fortalecimiento va a depender de cómo afrontamos esas situaciones. Si lo hicimos valientemente, sin quejarnos, con coraje, con aceptación; pero sobre todo, si imperó el espíritu de lucha que vive dentro de nosotros. Ese espíritu que nos convierte en guerreros natos, capaces de conquistar el mundo y liderar nuestras propias vidas. Las personas que gozan de fortaleza son optimistas; luchan por sus sueños, objetivos o metas; su comportamiento está basado en sus principios y valores; son concientes de sus debilidades y trabajan día a día para transformarlas en fortalezas.

Estas personas saben que todo tiene un precio en la vida y que se debe luchar y ser perseverantes para obtener las cosas que realmente valen en la vida.

Seamos un ejemplo para los demás cuando estemos ante alguna adversidad; actuemos firmes, con coraje y determinación y seguros de que saldremos airosos; y si los resultados no son los que esperábamos, tengamos la convicción de que vendrán días mejores, porque lo que estamos sembrando con nuestras acciones, son las buenas semillas que nos van fortaleciendo cada vez más.

Recordemos el dicho popular: "Lo que no te mata te fortalece".

"Que nuestra vida sea una verdadera fortaleza, cuyas bases sean tan sólidas, que ningún acontecimiento externo la pueda dañar".

Disfrute el día.

Licda. Adriana Mora Hamblin
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El valor de Dar “Gracias”

Agradecimiento - Agradecer (De “gradecer”).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
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1. tr. Sentir gratitud.
2. tr. Mostrar gratitud o dar gracias.
3. tr. Dicho de una cosa: Corresponder al trabajo empleado en conservarla o mejorarla.


¿A qué o a quién le debemos agradecimiento?

A la vida, a Dios, a todas las personas que, de una u otra forma, hacen que nos sintamos mejor, más cómodos, más seguros.

Debemos sentirnos agradecidos por cada segundo de vida que se nos regala; por el aire que respiramos, el cual está impregnado de deliciosos aromas, como lo es el perfume de las flores, de la tierra mojada, de los frutos, el delicioso e inigualable olor de los bebés, el aroma del mar, etc.

También debemos agradecer por el sentido de la vista, por medio del cual podemos admirar la hermosa obra de arte, que se muestra ante nosotros cada día al abrir los ojos. Pero nuestro agradecimiento se hace mayor al detenernos a escuchar las melodías sin igual de los hermosos sonidos que hay en la naturaleza.

¿Cuántas veces, nos hemos detenido a agradecer por el hecho de poder comunicar mediante el habla, nuestros sentimientos?; ¿O por el regalo de poder degustar los miles y diferentes sabores que hay en los frutos de la naturaleza?

¿Y el sentido del tacto? Este nos permite sentir un dulce abrazo; poder tocar y acariciar a nuestros seres queridos y tocar a todo cuanto nos rodea.

Si somos capaces de agradecer por todo lo anterior; también seremos capaces de agradecer por las sonrisas, las palabras, los favores, los obsequios, que recibimos de las personas con las cuales convivimos en el día a día.

Por favor, que no se nos olvide agradecer por nuestra salud y la de nuestros seres queridos.

Agradezcamos el hecho de tener trabajo, de poder estudiar, de tener un techo, una cama caliente, de que en nuestras mesas hay alimento. Pero, sobre todo, demos gracias por estar vivos.

Por mi parte, les agradezco profundamente a ustedes, por estar leyendo en este momento este boletín semanal de “Valores”.

Disfrutemos el día.

Licda. Adriana Mora Hamblin
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Mi Libertad, Tu Libertad.

Libertad (Del lat. libertas, -âtis).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. f. Facultad natural del hombre de obrar y de no obrar, siendo responsable de sus actos.
2. f . Estado o condición de quien no es esclavo o de quien no está preso.
7. f . Condición de las personas no obligadas por su estado al cumplimiento de ciertos deberes.
8. f . Contravención desenfrenada de las leyes y buenas costumbres.


Los seres humanos, desde que nacemos, traemos el espíritu de la libertad con nosotros. Si nos ponemos a observar a un bebé, el cual está aprendiendo a caminar, nos daremos cuenta que, apenas empieza a dar sus primeros pasos, no desea estar en brazos; llora, grita y hasta patalea para que se le coloque en el suelo y así salir corriendo. Ese bebé se siente libre, independiente, deseoso de explorar por sí mismo el entorno que lo rodea.

Lastimosamente, no todas las personas disfrutan de la libertad; muchos son sometidos por otras personas, ya sean sus padres, parejas, hijos, jefes, gobierno, etc. Lo peor es que - muchas veces - son esclavos de ellos mismos. Se limitan por lo que piensan, por lo que sienten, por experiencias
pasadas y no se dan cuentan que están atados por cadenas invisibles, llamadas “pasado”.

Conozco casos de personas que tienen que pedir permiso para comer, hablar, estudiar, reír, contestar el teléfono, tener amigos, trabajar e incluso son obligados a decir que es lo que están pensando. ¡Parece increíble!, ¿Verdad?.

Pero, ¿Le ha sucedido a Usted que alguien le pregunta en qué está pensando, y si usted no le dice, se enoja?. ¿Se da cuenta? Eso, es coartar la libertad, el derecho a ser libres encomportamiento, decisiones, actitudes ante determinados sucesos que se nos van presentando en el diario vivir.

Otra prueba de que el ser humano es libre por naturaleza es que goza del pensamiento; mediante éste, el puede viajar, decir, hacer lo que desee, sin que nadie pueda saber que pasa por su mente, ni interferir en su pensar.

Recuerdo el cuento del niño al cual su madre castigó sentándolo en una silla por varias horas. Durante el castigo, el niño no cesaba de sonreír. Su madre - un tanto extrañada - le preguntó:
- ¿Porqué estás tan contento si te tengo castigado?
Y el le contestó: - "Porque aunque estoy aquí sentado sin moverme, en mi mente ando corriendo por todas partes".

Millones de personas en el mundo han muerto luchando por su libertad y por las de otras personas. Muchos tenemos la bendición de vivir en países libres, gracias al sacrificio de muchas vidas.

Sepamos agradecer estos actos de heroísmo del pasado, siendo personas dignas de esa libertad, no realizando, ni permitiendo que nadie nos obligue a realizar actos deshonestos, los cuales vayan en contra de nuestros principios y de los principios de los demás.

Ser libres no significa, actuar sin pensar; significa actuar responsablemente, a sabiendas de que nuestro comportamiento puede dañar a otras personas.

Recordemos: "nuestra libertad termina donde empieza la libertad de los demás". Tratemos a las demás personas, como deseamos ser tratados.

Disfrute el día.

Licda. Adriana Mora Hamblin
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El respeto es un deber

Respeto (Del lat. respectus, atención, consideración).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. m. Veneración, acatamiento que se hace a alguien.
2. m . Miramiento, consideración, deferencia.
3. m . Cosa que se tiene de prevención o repuesto. Coche de respeto.
4. m . miedo (? recelo).
5. m . pl. Manifestaciones de acatamiento que se hacen por cortesía.


A qué o a quién le debemos respeto?

Considero que le debemos respeto a todo lo que nos rodea: la naturaleza, a las personas, a Dios, a la vida.

El respeto está basado en los derechos fundamentales que posee cada ser humano: el derecho a expresarnos libremente, a la libertad, a la vida, a la intimidad, etc. Los derechos de los cuales gozamos, nos permiten vivir con dignidad.

Pensemos en un hermoso río, con sus aguas cristalinas, frescas, con su sonido arrullador, corriendo libremente por su vereda. Alimentando con sus aguas vastas extensiones de terrenos, sirviéndole de hábitat a miles de especies, refrescando a gran cantidad de personas y permitiéndoles preparar sus alimentos. De repente, al hombre se le ocurre echar basura en él, y en ese momento empieza la contaminación de sus aguas y la muerte de las especies que en él viven. Además de ello, los frondosos árboles que se encuentran en sus orillas, los cuales son un excelente negocio maderero, el hombre decide cortarlos. En poco tiempo ese hermoso río lleno
de vida, muere lentamente, debido al irrespeto de quién debía velar por su bienestar.


Y si hablamos de las diferentes situaciones, en las cuales los seres humanos nos debemos respeto los unos a los otros, la lista sería interminable. Por ejemplo, los adultos les debemos respeto a los niños, tratémoslos con cortesía, sin gritos, sin maltratos físicos ni psicológicos. Respetemos sus pertenencias, su espacio, antes de entrar en sus dormitorios debemos tocar a la puerta y pedir permiso para hacerlo. Al llamarles la atención no hacerlo delante de ninguna persona.


Recordemos: los niños son un reflejo nuestro, cuando crezcan y formen sus hogares, trataran a sus hijos como nosotros los tratamos a ellos; y lo peor, nos tratarán a nosotros como nos vieron tratar a nuestros padres.


También les debemos respeto a los ancianos, cuando nos hablen debemos prestarles la atención que se merecen, no interrumpirlos, no tratarlos con groserías, ni gritarles, comprender que son personas mayores y que físicamente tienen ciertas carencias, las cuales muchas veces los hacen ser lentos al caminar, escuchar y ver menos, etc.

Mi abuelita me decía : "Como te ves, me veía y como me veo te verás".

Nunca lo olvidemos: "De la misma manera en que tratamos seremos tratados".

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Licda. Adriana Mora Hamblin
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Valores en la Familia

¿Ha escuchado el dicho: "Candil en la calle, obscuridad en la casa"?, ¿Aplica en nosotros?, ¿Cómo es nuestro comportamiento dentro y fuera de casa?

Qué triste es saber que la mayoría de las personas tratan mejor a los extraños que a los miembros de su propia familia.

¿Cuántas familias tienen su mejor vajilla bien guardadita y la sacan sólo en ocasiones "especiales ", cuando reciben visitas?. O dicen: "hoy tendremos visitas, tenemos que preparar nuestra mejor comida para ellos".

Incluso, a la hora de servir la mesa, los primeros en ser servidos son los invitados, y por último, los miembros de la familia.

Si nos ponemos a analizar, nos damos cuenta que esa vajilla, deberíamos de utilizarla todos los días, ya que las personas más importantes de nuestra vida son nuestros hijos, esposos, hermanos, padres; o sea nuestra familia.

Aquella que comparte con nosotros el diario vivir; que están ahí, en las buenas y en las malas; son los que nos toleran nuestro mal carácter, nuestras depresiones y, a pesar de todo, nos aman tal como somos. Saben como reaccionamos ante determinadas situaciones, que nos hace feliz o que nos entristece.

Muchos hijos se quejan de que sus padres les gritan, los maltratan, los ofenden, los agraden física y psicológicamente; pero cuando salen de casa, se transforman; se convierten en otras personas, son agradables, educados, incapaces de alzar la voz, de decir malas palabras; realmente se quedan boquiabiertos al ver la manera en que esos seres, los cuales dicen amarlos, se transforman una vez que cruzan la puerta de casa.

Si hablamos del papel que desempeñan muchos hijos en el hogar, nos damos cuenta que la mayoría no quieren colaborar en los quehaceres domésticos, contestan de mala manera a sus padres, exigen sus derechos, pero no desean cumplir con sus responsabilidades. Incluso hay que llamarles la atención para que realicen las tareas escolares. Al igual que muchos padres, se transforman apenas cruzan la puerta de la casa o atienden el teléfono; se convierten en chicos agradables, sonrientes, amables, etc.

Como podemos observar, nuestra familia – a pesar de ser lo más amado por nosotros - es lo que muchas veces descuidamos, nos olvidamos de los detalles, de las palabras de cortesía. Damos por un hecho que siempre van a estar ahí, que son eternos, lo cuál no es
cierto.

Los invito que, a partir de hoy, utilicemos nuestra mejor vajilla para servir los alimentos a nuestros seres queridos, ayudémonos en los quehaceres del hogar, hablémosles con amor, elogiemos sus logros, manifestemos nuestros sentimientos, abracémoslos, siempre que podamos.

Agradezcámosles por el simple hecho de estar con nosotros, de ser parte de nuestra familia. Seamos corteses, agradecidos, tolerantes, amables, respetuosos, educados, leales con estas personas que siempre, siempre van a estar unidos a nosotros.

¡GRACIAS SEÑOR POR LA HERMOSA FAMILIA QUE ME HAS DADO!

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Compromiso con la Lealtad

Lealtad (De leal)
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. f. Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien.
2. f. Amor o gratitud que muestran al hombre algunos animales, como el perro y el caballo.
3. f. p. us. Legalidad, verdad, realidad.




Para ser leales debemos comprometernos, ser cons-tantes y cumplir lo que decimos.
Le debemos lealtad a nuestra pareja, nuestros hijos, amigos, compañeros, familiares, a nuestro trabajo, a nuestro país y, sobre todo, a nosotros mismos.
Un caso claro de lealtad entre amigos, es el que se comenta en la Biblia Cristiana entre Jonatán y David.

El Rey Saúl decidió asesinar a David por sentirse celoso, debido al reconocimiento que el pueblo le daba por su valentía y al éxito obtenido en todas las campañas que el rey le asignaba. Al enterarse Jonatán de lo que su padre tramaba, informa a David de las intenciones del Rey y le pide que se vaya y se esconda.

Mediante esta acción, Jonatán logra salvarle la vida a David, demostrando el amor y la lealtad que siente hacia su amigo.

Tristemente, no todas las personas actúan de ésa manera. Conozco el caso de una pareja de esposos (Myriam y Roberto), quienes estudiaban juntos en la universidad. Myriam siempre ayudaba a Roberto a realizar las tareas y trabajos que se les asignaban. Además, solía estudiar con él durante la presentación de los exáme-nes. En una ocasión en clase, tenían que realizar una prueba de economía, la cual era bastante difícil; el profesor de dicha materia permitió que se hiciera el examen en parejas. Los esposos - como era de esperarse - decidieron hacerlo juntos; cada uno resolvía la prueba individualmente y, en caso de tener alguna duda, podían consultarse y ayudarse, pero debían presentar las respuestas por separado.

Cuando terminaron, empezaron a revisar una por una todas las respuestas. En una de ellas no coincidían, Myriam pidió a Roberto, que le explicase cómo hizo para llegar a ese resultado, ya que ella dudaba del suyo y consideraba que su esposo era mejor en economía. Para su sorpresa y perplejidad, él se puso de pie y entregó el examen al profesor sin ayudarla y dejándola sola.
Este suceso era increíble para ella. Durante años de estudios ella había sido su apoyo, su compañera de vida y de estudios.

En ese momento crítico y de decepción, Myriam revisa minuciosamente la prueba, vuelve a hacer cada uno de los cálculos y decide ampliar el desarrollo de las interpreta-ciones de los resultados. Fue la última en entregar el examen. Camino a casa con su esposo, lloró durante todo el trayecto.

A la semana siguiente, cuando el profesor de economía entrega los resultados de los exámenes dice: "Señores, permítanme decirles que yo siempre he pensado que el 100 sólo lo puede sacar el profesor; pero en este caso me equivoqué, hoy, una persona tiene un 100 en economía y esa persona es: Myriam".

Como podrán darse cuenta, Roberto fue desleal a su esposa; pero la vida fue justa y premió a Myriam por su dedicación al estudio y la lealtad que siempre profesó a su esposo.
"¿No andan extraviados los que planean el mal?; amor y lealtad a los que planean el bien" (Proverbios 14:22 ).

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