El respeto es un deber

Respeto (Del lat. respectus, atención, consideración).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. m. Veneración, acatamiento que se hace a alguien.
2. m . Miramiento, consideración, deferencia.
3. m . Cosa que se tiene de prevención o repuesto. Coche de respeto.
4. m . miedo (? recelo).
5. m . pl. Manifestaciones de acatamiento que se hacen por cortesía.


A qué o a quién le debemos respeto?

Considero que le debemos respeto a todo lo que nos rodea: la naturaleza, a las personas, a Dios, a la vida.

El respeto está basado en los derechos fundamentales que posee cada ser humano: el derecho a expresarnos libremente, a la libertad, a la vida, a la intimidad, etc. Los derechos de los cuales gozamos, nos permiten vivir con dignidad.

Pensemos en un hermoso río, con sus aguas cristalinas, frescas, con su sonido arrullador, corriendo libremente por su vereda. Alimentando con sus aguas vastas extensiones de terrenos, sirviéndole de hábitat a miles de especies, refrescando a gran cantidad de personas y permitiéndoles preparar sus alimentos. De repente, al hombre se le ocurre echar basura en él, y en ese momento empieza la contaminación de sus aguas y la muerte de las especies que en él viven. Además de ello, los frondosos árboles que se encuentran en sus orillas, los cuales son un excelente negocio maderero, el hombre decide cortarlos. En poco tiempo ese hermoso río lleno
de vida, muere lentamente, debido al irrespeto de quién debía velar por su bienestar.


Y si hablamos de las diferentes situaciones, en las cuales los seres humanos nos debemos respeto los unos a los otros, la lista sería interminable. Por ejemplo, los adultos les debemos respeto a los niños, tratémoslos con cortesía, sin gritos, sin maltratos físicos ni psicológicos. Respetemos sus pertenencias, su espacio, antes de entrar en sus dormitorios debemos tocar a la puerta y pedir permiso para hacerlo. Al llamarles la atención no hacerlo delante de ninguna persona.


Recordemos: los niños son un reflejo nuestro, cuando crezcan y formen sus hogares, trataran a sus hijos como nosotros los tratamos a ellos; y lo peor, nos tratarán a nosotros como nos vieron tratar a nuestros padres.


También les debemos respeto a los ancianos, cuando nos hablen debemos prestarles la atención que se merecen, no interrumpirlos, no tratarlos con groserías, ni gritarles, comprender que son personas mayores y que físicamente tienen ciertas carencias, las cuales muchas veces los hacen ser lentos al caminar, escuchar y ver menos, etc.

Mi abuelita me decía : "Como te ves, me veía y como me veo te verás".

Nunca lo olvidemos: "De la misma manera en que tratamos seremos tratados".

Disfrute el día.

Licda. Adriana Mora Hamblin
Grupo Daión S.A.
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