Valores en la Familia

¿Ha escuchado el dicho: "Candil en la calle, obscuridad en la casa"?, ¿Aplica en nosotros?, ¿Cómo es nuestro comportamiento dentro y fuera de casa?

Qué triste es saber que la mayoría de las personas tratan mejor a los extraños que a los miembros de su propia familia.

¿Cuántas familias tienen su mejor vajilla bien guardadita y la sacan sólo en ocasiones "especiales ", cuando reciben visitas?. O dicen: "hoy tendremos visitas, tenemos que preparar nuestra mejor comida para ellos".

Incluso, a la hora de servir la mesa, los primeros en ser servidos son los invitados, y por último, los miembros de la familia.

Si nos ponemos a analizar, nos damos cuenta que esa vajilla, deberíamos de utilizarla todos los días, ya que las personas más importantes de nuestra vida son nuestros hijos, esposos, hermanos, padres; o sea nuestra familia.

Aquella que comparte con nosotros el diario vivir; que están ahí, en las buenas y en las malas; son los que nos toleran nuestro mal carácter, nuestras depresiones y, a pesar de todo, nos aman tal como somos. Saben como reaccionamos ante determinadas situaciones, que nos hace feliz o que nos entristece.

Muchos hijos se quejan de que sus padres les gritan, los maltratan, los ofenden, los agraden física y psicológicamente; pero cuando salen de casa, se transforman; se convierten en otras personas, son agradables, educados, incapaces de alzar la voz, de decir malas palabras; realmente se quedan boquiabiertos al ver la manera en que esos seres, los cuales dicen amarlos, se transforman una vez que cruzan la puerta de casa.

Si hablamos del papel que desempeñan muchos hijos en el hogar, nos damos cuenta que la mayoría no quieren colaborar en los quehaceres domésticos, contestan de mala manera a sus padres, exigen sus derechos, pero no desean cumplir con sus responsabilidades. Incluso hay que llamarles la atención para que realicen las tareas escolares. Al igual que muchos padres, se transforman apenas cruzan la puerta de la casa o atienden el teléfono; se convierten en chicos agradables, sonrientes, amables, etc.

Como podemos observar, nuestra familia – a pesar de ser lo más amado por nosotros - es lo que muchas veces descuidamos, nos olvidamos de los detalles, de las palabras de cortesía. Damos por un hecho que siempre van a estar ahí, que son eternos, lo cuál no es
cierto.

Los invito que, a partir de hoy, utilicemos nuestra mejor vajilla para servir los alimentos a nuestros seres queridos, ayudémonos en los quehaceres del hogar, hablémosles con amor, elogiemos sus logros, manifestemos nuestros sentimientos, abracémoslos, siempre que podamos.

Agradezcámosles por el simple hecho de estar con nosotros, de ser parte de nuestra familia. Seamos corteses, agradecidos, tolerantes, amables, respetuosos, educados, leales con estas personas que siempre, siempre van a estar unidos a nosotros.

¡GRACIAS SEÑOR POR LA HERMOSA FAMILIA QUE ME HAS DADO!

Disfrute el día.

Licda. Adriana Mora Hamblin
Grupo Daión S.A.
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Web: www.grupodaion.com