Generosidad a manos llenas

Generosidad. (Del lat. generositas, -atis).
Extraído del Diccionario de la Real Academia Española (R.A.E.).
1. f. Inclinación del ánimo a anteponer el decoro a la utilidad y al interés.
2. f . Largueza, liberalidad.
3. f . p. us. Valor y esfuerzo en las empresas arduas.
4. f . p. us. Nobleza heredada de los mayores.

¿Es usted Generoso?, ¿Cuándo da, lo hace sin pensar en recibir nada a cambio? O, ¿Cuándo da un presente, le dice a la persona cuanto le costó?

La generosidad viene desde lo más profundo de nuestro ser, es un reflejo de nuestro corazón. La persona generosa tiene una vida llena de abundancia. En su vida siempre hay alegría, gozo y felicidad, porque la mayor satisfacción se encuentra en el dar.

Qué triste es saber, que existen personas que creen que su felicidad se rige de acuerdo a la cantidad de dinero que tienen en el banco. No se dan cuenta, o no desean darse cuenta, de que el dinero solo es un medio para obtener las cosas que nos permiten vivir una vida con comodidad. Pero éste no compra las cosas realmente importantes, como lo son la felicidad, la salud, la amistad, el amor, el respeto, etc. Las cosas realmente importantes en la vida se ganan con nuestra actitud, con nuestras obras y muchas de ellas con nuestra generosidad.

Recuerde el dicho: "¿Nadie es tan pobre para no darla, ni tan rico para no recibirla"? (La sonrisa).

¿Alguna vez se ha preguntado cuál es el verdadero valor de una sonrisa?.
Lo invito a que cuando salga de casa, ya sea que se dirija hacia su trabajo, al supermercado, al cine, o simplemente a caminar, le sonría a la primera persona que vea, podrá observar como esa persona le devuelve la sonrisa inmediatamente. Ese es un gesto de agradecimiento por su generosidad de regalarle un instante de su tiempo y porque usted le demostró que es tan impor-tante que merece una sonrisa.

Alejémonos de la avaricia, ésta corroe, nos hace egoístas, desconfiados, crueles, nos roba la paz y hasta la salud.

No me refiero solo a la avaricia relacionada con el dinero, me refiero a la avaricia que viene del corazón, esa avaricia que no nos permite ser felices ni dar felicidad.

Esa avaricia que nos hace pensar que si damos afecto, cariño y amor, a nuestros familiares, amigos, compa-ñeros o conocidos, pueda ser que ellos deseen sacar provecho de nosotros.

Eso no es cierto, cuando no practicamos la generosidad no solamente dejamos de compartir con los demás, sino que nos privamos del agradable sabor que nos proporciona el dar y, sin querer, dejamos de recibir los frutos del agradecimiento; frutos que nos permitirían vivir una vida mejor y más feliz.

Seamos generosos, compar-tamos lo que tenemos, ya sea dinero, consejos, conoci-miento, paz, alegría, atención, tiempo, buenas obras, etc.

Las personas generosas nunca están solas, siempre hay gente a su alrededor, la cual está agradecida por la generosidad recibida y porque, el estar cerca de ellos, le transmite una agradable sensación de bienestar y regocijo.

"Manos que dan nunca estarán vacías".

"No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros" (Filipenses 2:4)

Disfrute el Día.

Licda. Adriana Mora Hamblin
Grupo Daión S.A.
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